DE COLOR ROSA A GRIS
Imagen tomada del informe: “cuerpos excluidos, rostros de impunidad” realizada por Colombia diversa 2015.
Por Laura Duque
Sandy Luisconty se sienta muy tranquila, cruza sus piernas y mira todo su alrededor con una mirada desgarradora. Ella, a sus 15 años decidió cambiar su orientación sexual y hasta su nombre ha sido víctima constante de la discriminación que se vive a diario en Colombia a miembros LGBT. Su verdadero nombre es Jeison Cuaichar, vive aproximadamente hace 9 años en el Espinal Tolima, donde tuvo que reiniciar su vida desde cuando a él y a su familia les tocó salir sorpresivamente del lugar donde residían por amenazas repentinas.
LGBT es la sigla compuesta por las iniciales de las palabras Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, agrupa a las personas con las orientaciones sexuales e identidades de género relativas a esas cuatro palabras, aquellas personas que en Colombia desde hace más de 21 años vienen exigiendo los mismos derechos de toda la población. A lo largo de este tiempo han venido obteniendo varios logros como la adopción igualitaria, matrimonio igualitario y sobre todo la NO DISCRIMINACIÓN por diferencia de orientación sexual.
CIFRAS DEL PASADO
En el 2015 según un estudio realizado por Colombia Diversa, Caribe Afirmativo y Santamaría fundación, en el país hubo 110 asesinados del grupo LGBT, según este estudio desde el 2012 no se había vuelto a tener una cifra tan elevada en homicidios. 52 de ellos eran gays, 33 Trans, 11 lesbianas, 7 bisexual y 7 sin determinar. En el año 2016 el país afrontó 108 casos de homicidios a personas LGBT, poniendo a Colombia como el segundo país latinoamericano con más preocupación de homicidios a personas de esta orientación sexual, seguido de Brasil con 300 casos.
Infografía tomada del informe: “cuerpos excluidos, rostros de impunidad” realizada por Colombia diversa 2015.
Centrémonos en el centro-oeste del país, en el Tolima donde en el 2015 hubo dos asesinados identificados como personas homosexuales, uno de ellos sucedió en el municipio de El Espinal el seis de enero en el año 2017. Se encontró a un hombre identificado como Yesid Zarta de 56 años de edad en una vereda de este municipio con signos de violencia ya que fue decapitado o castrado. El otro caso se registró en Honda el 18 de febrero donde según las autoridades se desconocen las características de los hechos. En el 2016 en este mismo departamento se registraron otros dos homicidios a personas de la comunidad LGBT.
Días pasados en medio de entrevistas realizadas me encontré con una persona que tumbaría la primera hipótesis. Paola, quien llamaremos así para ocultar su identidad por seguridad, nos cuenta cómo ella fue testigo de las amenazas que recibía constantemente Mafe y ella “Nosotras estamos conscientes de que este trabajo acarrea muchos enemigos, nuestra condición de género también. Yo soy trabajadora sexual, mi situación económica me llevó a esto, soy desplazada por grupos ilícitos de Ataco (Tolima) junto a mi familia porque según esa gente yo era “mariquita” y si no me salía de allí me iban a matar. Estuve entre la espada y la pared y decidimos irnos de ese lugar. La falta de plata me llevó a ser esto y fue aquí donde conocí a Mafe y nos volvimos grandes amigas. De un momento a otro nos comenzaron a llegar amenazas, pasaban en moto y nos decían que las maricas no vivían mucho, pero no les pusimos cuidado. Luego a mí me llegó un papel donde decía que en este pueblo no podían vivir maricas que porque desaparecíamos, luego murió Mafe y a los meses la Malvilis”.
MEDIOS DIARIOS
Según Colombia Diversa “Las amenazas hacia personas LGBT siguen siendo una acción sistemática de violencia usada por grupos armados, delincuencia común o actores sin identificar que tienen como intención generar zozobra, atemorizar y amedrentar”. En el 2015 y 2016 en el Tolima se presentaron dos casos de amenaza, uno en cada año.
En el Espinal Tolima, estos hechos son “el pan de cada día”, pues desde hace unos meses, integrantes del grupo LGBT vienen siendo atemorizados por amenazas directas y escritas, “Yo llegué con mi Familia de San Vicente del Caguán (Caquetá) porque Paramilitares me amenazaron por ser Transexual, ahora las amenazas volvieron a llegarme aquí, una vez un señor me dijo que me volviera a ir porque iba a amanecer con la boca llena de moscas por ser ‘marica’ ”, interpreta Sandy, integrante de la comunidad LGBT.
En una entrevista realizada a la líder de la población LGBT de El Espinal, Gina Daza, también es víctima del conflicto armado y de discriminación, relata cómo ha sido su experiencia como primera voz de la comunidad y asegura que son muchos los casos que se presentan por amenazas pero que solo el 5% se atreve a denunciar. “Aquí hay muchas trans y gays que vienen a contarme lo de las amenazas, vienen a decirme que son personas homofóbicas que les dicen cosas discriminatorias”, Gina quien es desplazada de Curumaní (César) por las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (FARC) cuenta que por ser transexual tuvo que dejar toda su vida atrás.
EL ENIGMA ETERNO
Su nombre legal era Cristian Camilo Méndez, pero desde años atrás se hacía llamar “Mafe” Rojas, una joven trans, que desde muy pequeña empezó su transformación. A los 16 años se puso implantes mamarios, estaba en el proceso legal para el cambio de nombre. “Una noche cuando estaba compartiendo con sus amigos más allegados recibió una llamada y minutos más tarde se subió a una moto con un hombre. Desde ahí no se supo más de ella” lo relata así su prima Andrea; ocho horas más tarde la madre de Cristian Camilo recibe una llamada donde le dan la noticia de que su hijo había sido brutalmente asesinado.
PRIORIDAD PARA UNA VIDA DIGNA
Según inspector de la Policía, el abogado Juan Carlos Rodríguez, las denuncias presentadas en los últimos tres años por amenazas a LGBT han sido siete, pero asegura que los casos de amenazas han sido constantes, sino que la población se atemoriza a la hora de hacer oficial su denuncia. Según la psicóloga, Liliana Marroquin, las personas en esta condición de vulnerabilidad son incapaces de hacer una denuncia oficial por el temor de ser agredidas o juzgadas por la sociedad, también son privadas de hacer su denuncia por miedo a que las amenazas sean ejercidas a sus familiares.
Se investigó que “Mafe” se desempeñaba como trabajadora sexual, por la tortura que sufrió a la hora de morir se percibe que su muerte fue ocasionada por prejuicios de género. La policía de esta localidad no facilitó detalles de su asesinato porque, como firman, aún es materia de investigación. “Yo no sé nada, ni la policía ni la fiscalía me han querido dar razón de la muerte de mi hijo. Solamente me dijeron que había muerto violentamente” así lo menciona Sandra Liliana Galindo, madre de la víctima.
Tres meses más tarde se conoció un nuevo hecho de asesinato en el municipio de Flandes, se trataba de un joven de 17 años llamado José Manuel Trujillo también perteneciente al grupo LGBT, sus amigos la conocían como “Malvilis” Trujillo, según medios locales, como el Q’Hubo, hasta medios nacionales, como RCN Radio, la última vez que se le vio con vida fue al ingresar a un motel de este municipio con dos hombres más, y que horas más tarde estos dos sujetos pagaron la cuenta de la habitación y se marcharon. Fue ahí cuando un empleado abrió la habitación para hacerle aseo y la encontró muerta. El informe que da medicina legal según estos medios de comunicación fue de que murió asfixiada y con signos de tortura.
Según las versiones de varios entrevistados, estas muertes estaban ligadas entre sí por problemas ajenos que tenían las víctimas, “El rumor que se tiene es que, la ‘Malvilis’ mandó a matar a Mafe por envidia y que después ella le pesó la conciencia y comenzó a hablar de que ella tenía la culpa de esa muerte y pues resulta que los tipos que le hicieron la “vuelta” de matar a la Mafe la mataron a ella por sapa” así lo cuenta Sandy, integrante del grupo LGBT. ” Si, a mí me consta que ellas tenían rivalidades porque mi hija tenía tetas y culo y la Malvilis no, un día le tiró a mi hijo menor que porque era hermano de Mafe. Yo si había escuchado ese rumor de que fue ella quien la mandó a matar, pero solo Dios, mi hijo y el asesino saben que fue lo que pasó en realidad” comenta la madre de Mafe.
La personería municipal se ha manifestado realizando una marcha llamada “Festival de Colores” para promover la igualdad de los derechos humanos. En dicha marcha han hecho presencia los diferentes grupos vulnerables como víctimas del conflicto armado y el gremio LGBT.
Según el plan de desarrollo de El Espinal pretende: “La construcción del tejido social se consolidará a través de programas que apunten al logro de las condiciones mínimas de una vida digna. Siendo necesario, atender de manera integral las necesidades básicas de los grupos sociales en condiciones de vulnerabilidad, tales como niños, niñas, adolescentes, y jóvenes, los adultos mayores, la madres cabeza de familia, la población en condición de discapacidad, LGTBI, indígenas, habitante de la calle, población víctima de conflicto armado, para mitigar el riesgo que les impide incorporarse al desarrollo y acceder a mejores condiciones de bienestar. La entidad local pretende emprender acciones para atender y mitigar las condiciones negativas que estos grupos sociales presentan y con ello lograr una CIUDAD CON MEJOR CONVIVENCIA Y SEGURIDAD”. La secretaria de gobierno afirma que para los casos de amenazas se está promoviendo la participación de la población LGBT en los programas del municipio, también en los concejos de seguridad se está exigiendo prioridad para atender casos de homofobia ya sea por agresión física o verbal".
Finalmente, en esta investigación se llega a la conclusión de que los hechos de homofobia se hacen cada día más fuerte gracias a las represiones que tienen las víctimas de denunciar aquellos actos que denigran la vida de cada uno de los integrantes del grupo LGBT. Por su parte, la Policía Nacional y la Alcaldía Municipal como instituciones oficiales se han unido a campañas para la inclusión de este tipo de personas, promoviendo la NO DISCRIMINACIÓN, la libertad de expresión y para que hagan las denuncias respectivas y así controlar este tipo de hechos que son perjudiciales tanto para ellos como para el municipio.