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La necesidad de aprender , para hacer realidad los sueños

Por: Angie Melissa Benavides Criollo

Cristian Fabian Moreno, beneficiario del ICBF

Por: Angie Benavides Criollo.

Actualmente , alrededor de 200 jóvenes declarados en adoptabilidad en el Tolima, son beneficiarios del proyectos sueños del ICBF que tiene como fin promover la oportunidad de transformar el mundo de cada uno de ellos por medio de la educación , el aprendizaje y el trabajo. El proyecto cuenta con el apoyo de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN)  y Servicio Nacional De Aprendizaje (SENA), para el desarrollo académico de los estudiantes que ya han culminado la secundaria y quieren ingresar a carreras técnicas, tecnológicas y profesionales.

Cristian Fabian Moreno de 24 años de edad, nació en Chaparral Tolima, y desde los tres años forma parte del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el cual se ocupa del desarrollo y la protección de los menores de edad y la familia, además de los jóvenes y adolescentes en condición de adoptabilidad.   “En estos momentos estoy estudiando la carrera Arquitectura, inició tesis, y todo se ha debido al proyecto Sueños que es un departamento del ICBF que se encarga de velar por la educación de los beneficiarios”, asegura Cristian, quien vive a pocas cuadras de la Universidad de Ibagué en el Internado ‘Para la Preparación de la Vida Laboral y Productiva’, del ICBF  donde convive con aproximadamente 20 jóvenes.

“En cuanto lo que es ASCUN, aparte de cubrirnos el valor de cada semestre, ASCUN en estos momentos abrió un nuevo apoyo hacia nosotros que se llama el ‘Rubro 108’ que es como un colchón o un apoyo financiero para diferentes actividades, que tenga que ver con lo académico, como transportes, fotocopias y demás”, manifestó Cristian. Es una ayuda muy valiosa ya que el ICBF les proporciona la alimentación, y un subsidio financiero para las actividades académicas y materiales, pero a veces son de difícil acceso, puesto  que deben corroborar si los gastos son académicos.

Jhon Manjarres, Psicólogo del ICBF, asegura“cuando los jóvenes que están en protección, llegan al grado 11, los defensores de familia hacen los respectivos estudios para saber cuál es su perfil vocacional y altitudinal, los jóvenes que tiene competencias intelectuales para asumir responsablemente una carrera profesional, el ICBF tiene la obligación de vincularlos a las universidades”. En este momento hay jóvenes en Ibagué, estudiando Derecho, Arquitectura, Administración de Empresas, Finanzas, Licenciaturas y Psicología, además de los distintos cursos tecnicos y tecnologicos. “Quienes no alcanzan de pronto por su rendimiento escolar, se ve que va a perfilar para un tecnólogo o para un técnico y así mismo se ubican. Entonces, hasta el momento el aliado fuerte es el Sena, que vincula a todos los jóvenes a esa formación” afirmó  Jhon Manjarres.

Los jóvenes y adolescentes de acuerdo a sus capacidades intelectuales y sus gustos, escogen la carrera que quieran estudiar y en la universidad de su preferencia, sin embargo Jhon Manjarres afirma. “Hay un tope por valor de semestre, el cual no excede más de 5 millones”. Los estudiantes durante su desarrollo académico son supervisados por un encargado del ICBF, además cuentan con el acompañamiento de miembros de las instituciones educativas a la cual pertenezcan, como es el caso de la Universidad de Ibagué,  “por ser un grupo ya identificado como tal, entonces tratamos de realizar un trabajo articulado con el Bienestar, porque ellos están pendientes de sus notas, a veces nos solicitan a nosotros saber cómo les fue a los chicos porque eso es importante, pue-

den identificar la evolución académica, entonces ellos vienen nos solicitan, nosotros a su vez solicitamos  a los diferentes programas y les enviamos un consolidado del rendimiento académico para que puedan identificar esas alarmas y tomar el respectivo proceso”, asegura Jenny duarte, asesora psicológica de la Universidad de Ibagué.

Gracias a los convenios con diferentes organizaciones, los beneficiarios del Proyecto Sueños se  dedican única y exclusivamente a estudiar, es por esto que cuando pierden una materia, deben pagarla, “ya son mayores de edad y algunos hacen actividades extraescolares para pagar las materias que tienen que repetir, eso no lo paga el ICBF”, asegura Jhon Manjarres.

Cuando terminan la carrera, el ICBF les concede seis meses más para que se ubiquen laboralmente y hasta en ese momento  llega la medida de protección, puesto que se espera del joven profesional la condición de valerse por sí mismo. Además,  “el bienestar también apoya a los graduados y les da ingreso a trabajo en las oficinas de la institución, como psicólogos, pedagogos y demás”, asegura Cristian Fabian Moreno. También, a través de la defensoría del Proyecto Sueños, se articulan con instituciones privadas y públicas para posibilitar la ubicación de estos jóvenes en distintos puestos laborales. De este modo, Proyecto  hace realidad las metas de cada joven encargado del ICBF, para en un futuro contar con un trabajo y una vida digna y de calidad.

Cristian Fabian Moreno, beneficiario del ICBF desde los 3 años, estudiante de Arquitectura de la Universidad de Ibagué

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