La doble cara de la artesanía
Por: Antonella Gómez Quijano
“Hace 30 años, en una tertulia privada, le escuché decir al exgobernador y exministro de Desarrollo, Miguel Merino Gordillo, que Ibagué era una ciudad sin identidad, una ciudad que a pesar de haber llegado a la mayoría de edad no tenía ciudadanía, una ciudad sin rumbo”, sentencia el columnista Iván Ramírez Suárez, en un artículo publicado en el diario El Nuevo Día.
"Ibagué era una ciudad sin identidad, una ciudad que a pesar de haber llegado a la mayoría de edad no tenía ciudadanía, una ciudad sin rumbo”
Foto tomada por: Antonella Gómez Quijano
Por consiguiente, se evidencia que los ibaguereños carecen de sentido de pertenencia, no apoyan los procesos culturales y no dan a conocer al artesano como gestor en pro del desarrollo social, cultural y turístico.
Se dice que en 1986 él francés Conde de Gabriac simbolizó a la ciudad de Ibagué como la Capital Musical de Colombia, porque en uno de sus viajes plasmó el ambiente armonioso que apreció de la capital tolimense. Así mismo, Ibagué se caracteriza por otras manifestaciones culturales como el Festival Folclórico Colombiano, Festival Nacional Colombiano de música y las diferentes muestras artesanales.
Las principales artesanías que se destacan en la ciudad de Ibagué son los muñecos de fique, bisutería en guadua, bolsos de cabuya, instrumentos musicales, artesanía de La Chamba y el matachín. A pesar de tanta diversidad de obras artesanales que se dan en la capital tolimense, los ciudadanos no se apropian de las costumbres y tradiciones mismas.
Según Wilson Hernández, gestor cultural: "La ciudad de Ibagué y el departamento del Tolima durante muchos años han trabajado en el desarrollo de diferentes procesos artísticos y culturales, sembrando esperanza, alegría y ganas de salir adelante en diferentes comunidades. Hoy en día hace un llamado de atención para dar a conocer el mal estado en el que se encuentra este sector importante para el desarrollo social”. Lo anterior evidencia que la ciudad de Ibagué está pasando por una crisis cultural que de alguna forma afecta los procesos de desarrollo cultural y artístico.
"A pesar de tanta diversidad de obras artesanales que se dan en la capital tolimense, los ciudadanos no se apropian de las costumbres y tradiciones mismas".
Foto tomada por: Antonella Gomez Quijano
Por consiguiente, no hay que dejar a un lado la labor que han forjado entidades gubernamentales como la Alcaldía Municipal, la Gobernación y la Secretaría de Educación y Cultura, creando espacios como las ferias artesanales y talleres que permiten el reconocimiento patrimonial y cultural de la ciudad. A pesar de que existen estas posibilidades, los artesanos de la ciudad necesitan posicionarse como gremio y así mismo tener un lugar establecido para que las artesanías sean conocidas.
Luisa Fernanda Quijano, miembro del gremio artesanal de Ibagué asegura: “Nuestra labor es un don que muy pocas personas adquieren, pues nosotros los artesanos recreamos la cultura y las costumbres y las convertimos en una obra de arte, pero ante la sociedad y entidades gubernamentales no somos vistos”.
Por consiguiente, hay que dar a conocer que la cultura es identidad propia y, por lo tanto, es un complemento valioso que se debe conservar; el arte es una expresión tan completa que en ella se juntan todas las emociones, tradiciones y vivencias de lo que somos. “No hemos entendido y no han entendido aún, que nuestras obras son ese diamante que nos representa, no hemos comprendido aún que estamos dejando a un lado lo que nos identifica y estamos perdiendo algo que muy pocos países tienen y añorarían tener por eso debemos varolarlo”, comenta Luz Miriam, artesana de la ciudad de Ibagué quien realiza bolsos pirograbados. Simplemente hay “arte entre manos”.