El sabor de la tradición
Por: Juan David Caicedo Eslava
Con más de 52 años de trayectoria en el universo de la gastronomía típica, el Restaurante Boquerón ha logrado posicionarse como uno de los lugares más representativos de la cultura tolimense.
En 1952 Luz Mery Eslava de Caicedo se encontraba observando a las personas que venían a su tienda a comprar víveres. De repente, encontró la oportunidad de ofrecer los tamales y la lechona con la que sus ancestros hicieron grandes riquezas, en su negocio. Con un espíritu visionario, se lo comentó a su esposo Alirio Caicedo, quien aprobó con buen aliento su sabia propuesta. La lechona y el tamal además de conllevar una oportunidad laboral gastronómica, representan los platillos tradicionales de la cultura tolimense, propios en sus métodos de producción y preparación. Según Jhon Pachón, coordinador de producción, actualmente, se necesitan 48 horas para disfrutar el aroma de la lechona recién salida del horno y otras 24 para tener un tamal fresco acompañado de un chocolate caliente en la mesa. Más de 11 millones de visitantes han disfrutado del sabor único que tiene el menú del restaurante, siendo testigos de su particular esencia histórica
Con una sonrisa llena de sabiduría y recuerdo, Luz Mery cuenta la forma en que sus sueños se hicieron realidad desde el día en que decidió ofrecer el servicio de restaurante en la casa que arrendó a la tía de su esposo para construir su hogar. La familia de Luz Mery, los Eslava, eran honestos ciudadanos que con el sudor de su trabajo educaron a cuatro mujeres y cinco varones, como personas de bien. De su madre, Luz Mery conoció a temprana edad el arte de la gastronomía típica tolimense, asistiendo fielmente en la cocina y explorando por sí misma nuevos métodos para mejorar los ya aprendidos. Cuando se casó con Alirio, empezaron a implementar todos sus conocimientos.
Mery recuerda que llegaron con los primeros rayos del sol a Boquerón, un jueves 10 de marzo a una casa grande de bahareque, con amplios espacios. “Empezamos a hacer lechona, él puso avisos en las emisoras de acá de Boquerón y venía la gente a comerse su plato de lechona y su tamal, quedaban fascinados y volvían. Así se fueron propagando las ventas”.
El constante incremento en el flujo de personas, hizo que el negocio empezara a quedarse pequeño, así que se remodeló haciendo un kiosco en guadua, que con el tiempo también se quedó pequeño. Continuaron agrandando y agrandando hasta que compraron la casa y construyeron el restaurante en 1967. Fue un proceso de dedicación, paciencia y trabajo el que aseguró el éxito del restaurante, que inicialmente comenzó con un capital de 3800 pesos, dijo Luz Mery.
Desde entonces Mamá Mery’ y ‘Don Alirio’
Como les llaman gentilmente sus colegas y vecinos, Mery y Alirio crearon peculiares métodos de preparación, que les dio éxito rotundo y prolongado por generaciones como un patrimonio familiar que se mantiene y evoluciona con el paso del tiempo.
Desde la década del 50, el Restaurante Boquerón ha sido un escenario cultural y político, que ha albergado a conservadores, liberales y a todo aquel que con respeto quisiera compartir y conocer a sus hospitalarios anfitriones, Alirio Caicedo y Luz Mery Eslava. Grandes políticos y figuras de la élite visitaron este lugar, artistas, personas de la farándula y de toda índole construyeron grandes historias, ya que sus dueños mantuvieron una postura ecuánime recibiendo y ayudando a todo el que lo pidiera.
Fascinados por la lechona tolimense
Desde que el Restaurante Boquerón empezó a ser reconocido por la calidad de su comida, sus mismos clientes se encargaban de hacer la propaganda haciendo comentarios positivos sobre la lechona y también sobre los tamales. Así que cada día llegaban más visitantes curiosos y fascinados por probar los platillos. Los pedidos empezaron a venderse al por mayor para fiestas, reuniones, eventos de instituciones y cualquier ocasión. Mery recuerda el contrato que recibieron para atender la inauguración de la Universidad de Tolima, una tarde de marzo de 1955 donde se dio a conocer por una gran cantidad de personas que se deleitaron con el sabor de sus productos. En cuestión de semanas, el restaurante consiguió la atención pública de la región, prontamente del país y del mundo, cuenta Janeth Caicedo, hija de Luz Mery Eslava y Alirio Caicedo.
Rosalbina Polanco, jefe de cocina del restaurante, recuerda que desde que el restaurante alcanzó el éxito, diferentes medios de comunicación locales, nacionales e internacionales lo han visitado. Sonriente habla de como Caracol Internacional, RCN Internacional, City Tv y programas como ‘Muy buenos días’ y ‘Con mucho gusto’ han difundido la historia de su trayectoria como elemento representativo de la cultura y la gastronomía del Tolima. También ha recibido premios, reconocimientos y menciones como el Premio a la Excelencia Turística del Tolima, otorgado por la Secretaría Turismo de la Gobernación; reconocimiento por toda una vida dedicada al Desarrollo Turístico de la región, Premio de Tradición y Conservación de la Gastronomía Tolimense, otorgado por Acodres Capítulo Tolima; reconocimiento a la Dedicación y Compromiso otorgado por Alianzas para la Innovación de la Cámara de Comercio Ibagué; reconocimiento como Forjadores del Civismo y el Ejemplo Entrañable Como Empresarios, otorgado por Líderes cívicos, comunitarios y sociales del Tolima; reconocimiento a los Servicios Especiales y Distinguidos Prestados al Turismo, por promover la tradición gastronómica típica de la región, otorgado por la Secretaría de Cultura, Turismo y Comercio de la Alcaldía de Ibagué; agradecimiento al Espíritu Cívico y Apoyo a la Institución de las Fuerzas Militares; reconocimiento por sus servicios a la comunidad y colaboración con Asoprensa.
Fortaleza y vocación
Además de recibir reconocimientos conmemorando su ardua labor en la región, la familia Caicedo Eslava, dueña del Restaurante Boquerón, ha pasado por pruebas críticas y diferentes situaciones traídas por el conflicto armado que se ha vivido en Colombia y por diferentes sucesos inesperados que han dado grandes giros a su historia. En el año 2000, ‘Mamá Mery’ fue secuestrada por un grupo de guerrilleros que la mantuvieron cautiva por más de catorce meses, rondando los territorios del Tolima. En el 2008, un grupo de delincuentes armados, irrumpieron en su casa ubicada justo enfrente del restaurante, hurtando objetos de valor a través de la violencia y el sometimiento. Como si no fuera suficiente, en noviembre del 2010 un artefacto explosivo fue detonado en el interior del restaurante, destruyendo la mitad de su infraestructura y causando daños millonarios.
Sin embargo, con su estampa de roble, su dedicación, la unión y la fé, la familia Caicedo Eslava ha logrado salir adelante y mantener su negocio listo para recibir diariamente, durante 364 días del año (descansando solo el Viernes Santo), a todos los clientes que vienen a disfrutar de un delicioso tamal o el exquisito sabor de la lechona. Así lo recuerda Rosa Polanco, quien ha trabajo con la familia por más de 32 años y recuerda con cariño la maravillosa historia que ha recorrido el restaurante.
Hoy en día el Restaurante Boquerón, ha logrado convertirse en un representativo centro gastronómico y cultural que además de eclipsar prácticas ancestrales y una entrañable historia, será el día de mañana un elemento histórico que muestre a las nuevas generaciones el sabor de la tradición.