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El panorama ha cambiado. Los caminos llenos de barro han pasado a ser carreteras cubiertas de asfalto. La construcción de la doble calzada en la vía que conecta a Ibagué con Cajamarca no ha parado de unir lomas a través de puentes, llevándose a su paso el verde del horizonte. Montañas blindadas de cemento. Grúas que cuelgan en peñascos. Ahora las flores y los animales han sido desplazados por el hombre que busca su progreso.

Antes de que iniciaran las obras, no se podía ver más allá de los árboles sembrados en los barrancos, los armadillos y las iguanas estaban protegidas por el espesor de la maleza, los campesinos tenían sus casas al borde del camino y se preocupaban por sembrar y vivir de lo que producía la tierra, el conductor de carga descansaba en los hostales en medio de la nada… Cualquier vestigio se a desvanecido, dejado en el paso una vida diferente a la que existe hoy.

Todo eran rumores, “no tendremos que trabajar más, pagarán millones por nuestras tierras”, pensaban los labradores más inocentes. Los cultivos de café fueron arrasados por árboles que nunca germinaron. “Por cada frutal sembrado pagan el triple de lo que cuesta una vara de café”. Personas que nunca se habían visto se convirtieron de un día para otro en propietarias de terrenos baldíos. Y no era para menos, todo el mundo quería una tajada de lo que pudiera producir la gran obra. Ya no valía la pena trabajar bajo el sol día tras día, pues la gran vía era como una lotería que premiaba a todo aquel que tuviese la fortuna de vivir por donde pasara.

Llegaron los ingenieros. Mientras para algunos las ilusiones de grandes sumas de dinero se esfumaban, para otros crecían aún más. Se compraron terrenos, los antiguos dueños se mudaron a la ciudad. Los hombres que no cambiaron de hogar abandonaron el azadón y los machetes para empuñar palustres y niveles de construcción. Se dejó de vivir de la tierra para empezar a esperar un salario cada fin de mes.

Los árboles desaparecieron, no se dejaron geminar los frutales, la montaña fue descascarada y cortada en rebanadas para levantaran puentes. Los animales perdieron su hogar y fueron arrollados por los autos en su exilio. La tierra no germino más y a mediada de que pasa el tiempo menos personas viven entre la naturaleza. En definitiva, ha sido una transformación en doble vía, el progreso tiene sus consecuencias.

Transformación de doble vía

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