Los matices de la memoria
Por: Paula Pachon
​
Y ahí estaba yo. Me encontraba en la sala de su casa, frente a un cuadro que ante mis ojos tenía un significado particular, sus colores tan vivos e impactantes dejaban en mí una profunda reflexión que me lleva a imaginar lo que había más allá, entonces Mario Márquez Valderrama, se acercó y me pregunto:
-Paula ¿Qué ve usted en esta pintura?
​
Conteste: - Maestro, yo veo el retrato de un barrio popular, lleno de color y de alegría, un lugar donde la gente comparte en familia y es feliz y en la parte de atrás observo a una ciudad gris y desarrollada.
​
Entonces dijo:
​
- Así es, este fue uno de los primero cuadros que yo pinte e incluso ahora es un proyecto grande. Lo que usted ve ahí es mi barrio, son mis raíces, ahí está la representación del lugar en donde yo me crié y el que me acogió desde que salí de mi pueblo natal”.
Con esta conversación el Artista Mario Márquez, me dio la bienvenida a su casa y empezó a contarme su historia. Él un hombre que inspira tranquilidad, sabiduría y sobre todo un gran sentido de solidaridad hacia los demás, me relata lo que para él significa dejar plasmado en cada uno de sus cuadros los rostros de las víctimas que dejó el conflicto armado Colombiano durante estos años. Estando allí, en la sala de su casa, me invitó a sentarme para iniciar con la entrevista y él también lo hizo, cruzó sus brazos, me miró a los ojos y recuerdo que lo primero que expresó fue:
​
-Mi legado es dejar memoria de lo que aquí pasó durante el conflicto, para que nunca más las personas se vuelva armar.
​
Mario Márquez, es un realizador de cine y televisión, documentalista, escritor y artista plástico Tolimense. Su trabajo tal y como lo ha expresado está inspirado en reconstruir a través de la pintura y el documental, los diferentes sucesos que dejó el conflicto armado a través de las voces de quienes vivieron de cerca una guerra que no ha dejado más que dolor, desolación, muertes y desplazamientos.
Sus orígenes
Estando sentados en la sala de su casa, Mario recordó que cuando tenía 11 años, a pesar de ser un niño divertido en su hogar, era tímido en público, entonces con una expresión de alegría, me retrato uno de los momentos que para él fue la puerta para ser lo que hoy es.
-Una tarde en la que jugaba en la calle con unos amigos fútbol, llegó otro y me llamó para decirme:
Amigo: -“Mario, mire que hay una vaina que a nosotros dos nos sirve. ¿Por qué no vamos y nos metemos?” -Yo en ese momento no sabía que era, pero fuimos al lugar al que debíamos presentarnos y justo ahí tuve mi primer encuentro con el arte, empecé con el Teatro.
Para él ese momento fue como amor a primera vista, puntualizó luego de recostar su cabeza contra la pared. Cuando inició en el teatro, Mario comenzó a sentir simpatía por la labor social, ya que el enfoque de las obras en las que él participaba estaban orientó hacia lo contestatario.
​
- Nosotros éramos satélite del teatro libre de Bogotá y nuestras obras siempre estaban dirigidas a protestar sobre el sistema y la situación que se vivía en la época el país. Puntualizó mientras le recibía a su esposa una limonada de panela, servida en un vaso color azul.
​
Después de tomar la bebida que nos trajo Lady su esposa, el maestro Márquez, como le llama ella, continuó recordando su etapa de adolescente y a la vez hablo de las cosas que hizo en ese momento y que sin lugar a dudas lo llevaron a explorar aún más su pasión, el arte.
-Cuando yo tenía 16 años, estuve explorando el arte desde el teatro. Recuerdo que tuve una conversación muy importante con mi padre, en donde él me invitaba a irme para Bogotá a estudiar Artes Escénicas.
Paula: Maestro ¿cuáles fueron las palabras de su padre en ese momento?
Mario se tocó la cabeza y asintió me dijo:
​
- Recuerdo mucho que una tarde, me llamó mi papá hablar. Las palabras que me dijo, si más no recuerdo, fueron que él sabía muy bien que no me gusta el estudio, que lo que a mí me gusta era el teatro. Entonces, Me propuso irme a estudiar a la capital. Él siempre fue así conmigo. Era una persona con una visión demasiado abierta y crítica y yo le aprendí eso, me decía que explorara eso desde el arte y fue justo eso lo que hice.
Estando sentados en la sala de su casa, Mario recordó que cuando tenía 11 años, a pesar de ser un niño divertido en su hogar, era tímido en público, entonces con una expresión de alegría, me retrato uno de los momentos que para él fue la puerta para ser lo que hoy es.
-Una tarde en la que jugaba en la calle con unos amigos fútbol, llegó otro y me llamó para decirme:
Amigo: -“Mario, mire que hay una vaina que a nosotros dos nos sirve. ¿Por qué no vamos y nos metemos?” -Yo en ese momento no sabía que era, pero fuimos al lugar al que debíamos presentarnos y justo ahí tuve mi primer encuentro con el arte, empecé con el Teatro.
Para él ese momento fue como amor a primera vista, puntualizó luego de recostar su cabeza contra la pared. Cuando inició en el teatro, Mario comenzó a sentir simpatía por la labor social, ya que el enfoque de las obras en las que él participaba estaban orientó hacia lo contestatario.
​
- Nosotros éramos satélite del teatro libre de Bogotá y nuestras obras siempre estaban dirigidas a protestar sobre el sistema y la situación que se vivía en la época el país. Puntualizó mientras le recibía a su esposa una limonada de panela, servida en un vaso color azul.
​
Después de tomar la bebida que nos trajo Lady su esposa, el maestro Márquez, como le llama ella, continuó recordando su etapa de adolescente y a la vez hablo de las cosas que hizo en ese momento y que sin lugar a dudas lo llevaron a explorar aún más su pasión, el arte.
-Cuando yo tenía 16 años, estuve explorando el arte desde el teatro. Recuerdo que tuve una conversación muy importante con mi padre, en donde él me invitaba a irme para Bogotá a estudiar Artes Escénicas.
Paula: Maestro ¿cuáles fueron las palabras de su padre en ese momento?
Mario se tocó la cabeza y asintió me dijo:
​
- Recuerdo mucho que una tarde, me llamó mi papá hablar. Las palabras que me dijo, si más no recuerdo, fueron que él sabía muy bien que no me gusta el estudio, que lo que a mí me gusta era el teatro. Entonces, Me propuso irme a estudiar a la capital. Él siempre fue así conmigo. Era una persona con una visión demasiado abierta y crítica y yo le aprendí eso, me decía que explorara eso desde el arte y fue justo eso lo que hice.
Hablar de los estudios realizados por el Maestro Márquez, fue explorar un sin fin de emociones y recuerdos que él conservaba guardados en su memoria. Para mí como reportera, fue curioso saber que dentro de ese ser que ha hecho tantos esfuerzos por reconstruir la memoria del conflicto armado, existía una persona que desde siempre fue inquieta, creativa y que aun sin tener la preparación y el conocimiento necesario de lo que es el arte en su máxima expresión, lo amaba y apasionaba como si su talento fuese innato.
Mientras él me iba contando todo lo que había hecho en estos años de trayectoria, yo analizaba que tanto debía aprender una persona para tener una vida laboral como la que él tiene, ya que según como lo expresaba su proceso no fue igual al de los demás niños, debido a que en sus primeros años de educación fue expulsado en varias ocasiones de los colegios a causa del pensamiento crítico, sindicalista y avanzado que había desarrollado al acompañar a su padre a dar sus discursos en el sindicato de trabajadores de la ciudad, del cual era presidente.
Mario Márquez: -Paula le cuento que cuando yo esta pequeño y hacía 3 de primaria, hice mi primera huelga porque había un profesor que era grosero con nosotros, nos agredía físicamente y era muy déspota a la hora de tratarnos, entonces yo hablé con mi papá y èl en su posición sindicalista me dijo:
- Y ¿usted qué quiere hacer?
Yo le conteste:
Que una huelga y el de dijo: listo hágale! y me apoyo.
-Al otro día el grado tercero paro las clases, marchamos en el patio y empezamos a protestar. Ese suceso impactó a los profesores, porque yo de tanto escuchar a mi papá en sus discursos y debates manejaba un lenguaje coherente y apropiado para la ocasión, razón por la que me expulsaron de esa institución y así fueron varios sucesos de los que fui protagonista y que fueron la razón para dejar de estudiar”. Recordó el maestro con cierta pizca de picardía y risa.
​
Después de reírnos un poco recordando las travesuras y primeras manifestaciones sociales hechas desde muy temprana edad por el maestro, continuamos hablando de los estudios que ha realizado a lo largo de su trayectoria. Yo en mi interés por saber todo acerca de mi personaje, apuntaba cada detalle que mencionaba y preguntaba ante cualquier duda, así que el maestro continuó contando, mientras caminaba de lado a lado en la sala de su casa.
A sus 16 años por iniciativa de su padre, Mario se desplaza a la ciudad de Bogotá, en donde se prepara para estudiar Arte dramático. Allí, empieza a afianzar su interés por los temas sociales y participa en montajes que representaban el contexto social de la época. Estando ubicado en la capital, aprende hacer mimo y empieza a ganarse la vida desarrollando esta técnica en las principales calles de la ciudad. Por las circunstancias políticas en las que se encontraba el país en la época y por su participación en un grupo que trabajaba en pro de los problemas sociales, Márquez tuvo salir del país. De ahí se traslada para la ciudad de México en donde vivió y enriqueció su cultura y técnica teatral de la mano de importantes artistas latinoamericanos.
Después de estar en la ciudad azteca durante un año, el artista decide irse a vivir a la ciudad de Nueva York, con la intención de estudiar Cine y Televisión. Cuando llevaba 6 meses viviendo en este país, trabajando en el día y estudiando en las noches, logra cumplir su propósito, entrar a estudiar en Center For Media Arts. Al finalizar su ciclo como estudiante, realizó su práctica profesional en una importante cadena de televisión educativa para hispanos ubicada en esta misma ciudad, estando ahí exploró el campo de la producción de programas de contenido noticioso y de temas de interés público y a su vez tuvo la oportunidad de trabajar para varios medios de comunicación.
​
Sus estudios
​
Un verano en Nueva York
Si te quieres divertir
Con encanto y con primor
Sólo tienes que vivir
Un verano en Nueva york
Te levantan de rodillas
Tus amigos caprichosos
Te llevan para las villas
O a la montaña del oso
Luego a la gira de un barco
O a la Playa de Ochanbrillo
La fiesta del Mamoncillo
O con la copa en un charco
Si te quieres divertir
Con encanto y con primor
Sólo tienes que vivir
Un verano en Nueva york
Dentro de las pasiones que acompañan la vida de este importante personaje de nuestra región tolimense, se encuentra una que sin lugar a dudas lo transporta a recordar unos de sus mejores años, escuchar al gran Combo de Puerto Rico, su grupo favorito. Para él escuchar la canción un verano en Nueva York, lo transporta a revivir esas bellas tardes que pasaba en las playas de la ciudad de la gran manzana. Para ese entonces el maestro Márquez se encontraba trabajando como paparazzi en algunos medios de la ciudad y mientras encontraba la foto perfecta, él aprovechaba el espacio para sentirse como en casa, ya que al escuchar cantar éxitos del grupo salsero, se sentía feliz.
-esa era la época más esperada del año, para nosotros los latinos y para los nativos la época del verano era la mejor, uno se sentía como si estuviera en la tierra de uno, por el ambiente y por todo lo que allí sucedía, por eso escuchar esta canción me transporta a esa bella época de mi vida. Termino de contarme, mientras al fondo se oía la canción y el susurro de él cantando.
Viajes
Hablar de los viajes que ha realizado el maestro Mario Márquez es disfrutar de un sin fin experiencias que vivió para lograr ser lo que hoy es. Un hombre lleno de sabiduría, conocimiento y amor por un país que lo vio nacer como artista y que lo inspiró a convertir aquello que torturó por años a miles de personas en una gran obra llena de color y movimiento. Por eso recordar los países que lo ayudaron a desarrollarse como persona y profesional, es sin lugar a dudas un momento épico para él, pues así lo expresaba su rostro en medio de lo que me contaba de cada viaje.
La primera vez que se fue a tocar tierras vecinas fue a México, allí vivió durante un año. Para ese entonces el maestro, recuerda con gran orgullo que tenía 18 años y que trabajo como lo hacía en la capital colombiana, como mimo. Con el tiempo logró trabajar en una empresa de publicidad y mercadeo que le daba la oportunidad de trabajar a extranjeros, refugiados y exiliados políticos. En esta empresa él aprendió a escribir artículos, hacer investigación, hacer estudios de mercado y finalmente a presentar todo su trabajo con un trasfondo periodístico, sin perder el objetivo de la empresa vender. Después de estar allí y viajar por todo el país gracias a su empleo, Mario recuerda que decidió irse para Estados Unidos a cumplir uno de sus más grandes sueños.
-Cuando yo llego a la ciudad de Nueva York, a vivir donde mi hermana, termino mi bachillerato, de este colegio no me expulsaron porque yo ya había madurado en muchos aspectos, para ese entonces tenía 19 años, tuve que aprender inglés y finalmente pude empezar a estudiar lo que tanto había querido. Lo hice en un instituto de cine y televisión en donde empecé mi bagaje en medios de comunicación. Comentaba mientras se ponía en pie, tomaba su computador y lo prendía para mostrarme algunos de los documentales que ha realizado.
Estando en este proceso el artista retomó el tema que siempre lo había movido, lo social, pero está vez lo desarrolló en un país en donde las cosas eran totalmente diferentes, pero las dinámicas parecidas. Así fue, que grabó varios documentales de barrios marginales y retrato en estos la forma de vivir y las costumbres de las personas que estaban viviendo allí. Pero inquieto por volver a su tierra y desarrollar lo que había aprendido durante estos años en el exterior, el artista colombiano regresa a Colombia y esta vez para trabajar de la mano de Sandra Osses Rivera en la creación y producción de una serie documental denominada “Bitácora la conquista de la paz”, proyecto que buscaba visibilizar de cerca múltiples procesos de paz y reconciliación a lo largo y ancho de la geografía política colombiana.
​
​
Algunos de los productos realizados trataban temas como el desplazamiento y el campesinado, pero como es de costumbre en este país, el proyecto no fue agradable para ciertos “sectores oscuros “de la sociedad, por lo que el equipo de trabajo, incluido el maestro tuvieron que salir del país para proteger sus vidas a causa de las amenazas constantes que reciben. Es así que el artista Tolimense, regresa a estados unidos en donde retoma sus actividades profesionales en Cine y Televisión, pero esta vez como realizador independiente y trabajando de la mano de algunas agencias de publicidad. Estando de vuelta allí, decide hacer parte del voluntariado de la fundación Of The Américas, organización sin ánimo de lucro con la que realiza una interesante labor humanitaria.
Finalmente decide regresar a Colombia, con el propósito de retomar su labor documental, pero esta vez desde un nuevo proyecto denominado “Memorias de la esperanza” en donde ponía en manifiesto las circunstancias que vivían las víctimas del conflicto en un asentamiento denominado “Territorio de paz”. Desde allí descubre importantes testimonios de algunas de las víctimas que le contaban la forma en la que algunos familiares fueron asesinados por la guerrilla y paramilitares y resaltó la forma en la que fueron sacados de sus tierras. Así fue como él empezó a construir memoria a través de esas voces que día a dìa vivieron el horror de la guerra y que hoy son el retrato de muchas de sus obras.
Laidy y Juana
Para todo artista debe haber una inspiración y sin duda el maestro Mario Márquez la tiene. Preguntarle por su hija, la menor de 2 más, es transportarlo a su infancia. Para él Juana su pequeña de 3 años es la gasolina para su motor, es quien cada día lo inspira a trabajar y hacer mejor; pero Laidy, la madre de la niña, es quien le dio a su vida la oportunidad de construir nuevas cosas. Márquez, no duda cada vez que puede en darle el crédito a ella de ser la que inició con la idea de pintar el conflicto. Para él su esposa, ha sido quien ha aterrizado sus pensamientos y quién le ha enseñado a descubrir al artista plástico que siempre tuvo dentro.
-Laydi: Para mí, Mario es un personaje, es un creativo en cualquier cosa que lo pongas hacer. Mi trabajo siempre ha sido aterrizar cada uno de sus proyectos, porque él siempre ha sido un soñador y ha llegado el momento de mostrar lo que ha sido capaz de hacer”, expresó mientras se sentó junto a él y tomó su mano.
Del documental a la pintura
Paula: Lady ¿Cómo descubre el artista plástico que tenía el maestro Márquez escondido?
- Es curioso. Cuando Mario habla de pintura y todo este tema, recuerdo que cuando apenas nos estábamos conociendo, él estaba buscando a alguien que ilustrara para un proyecto que tenía para ese entonces y así pasó el tiempo, no sé si lo encontró. El caso es que yo lo volví a ver, él me propuso crear una editorial ya que yo estudié Licenciatura en Lengua castellana, en ese ir y venir hicimos un proyecto de cuentos educativos en formato de cómic, como sabes esto requiere de mucho dibujo, por eso tuvimos que buscar un ilustrador, buscamos por muchas partes pero era complicado encontrarlo primero por lo costoso y segundo los que encontrábamos no nos gustaban. Dijo mientras miraba a su esposo.
Mario: - Tal y como lo cuenta mi esposa sucedió. Fue una lucha constante, pero un día yo me canse de rogarle al uno y al otro, entonces dije yo puedo hacerlo y ahí mismo me acordé que alguna vez estando en Bogotá, me presenté a un academia de artes plásticas, pero no me gusto porque en ese entonces estaba en el cuento del teatro. Resulta que me di a la tarea y me puse a pintar y lo hice muy bien. Creo que en ese momento, me di cuenta que yo lo que soy es un artista innato. Recuerdo que la primera vez pinte y le mostré a Lady , ella me dijo que eso que había hecho no era de gratis, así fue que me puso una tarea, ella sabe bastante de arte, hice la tarea que me puso y me quedo bien. Así empecé”.
En medio de esta conversación entre el maestro y su esposa, en la que juntos recordaban cómo había iniciado la idea de retratar a través de la pintura el trabajo hecho por Mario durante varios años en sus documentales, fui descubriendo la inspiración que Laidy le había dado al artista, fue tanta que un día siendo las 3 de la mañana, hora en la que solía despertarse, él empezó a pintar lo que hoy es su mayor obra, los rostros de los protagonistas del conflicto contado a través de la televisión y que por un atacazo artístico pasó a ser reflejado en la pintura.
Así pues, continuaba yo escuchando los recuerdos que le venían a la cabeza a la pareja, entonces pude notar que el proyecto “Los matices de la memoria”, nombre que se me ocurrió en ese momento para este artículo, tiene una finalidad y que lo que había iniciado como unos simples trazos y que cada día fueron poniéndose más , buscaban contar desde otra mirada el conflicto, por eso no dude en saber y terminar con una duda que me acompañaba desde que llegué a la casa de este artista y vi el primer cuadro ¿ Cuál era su técnica?, entonces el maestro Márquez me respondió sin necesidad de yo decir una sola palabra, su técnica está basada en el óleo digital.
Para este artista tolimense lo más importante de sus obras no es hacerse famoso; la finalidad de sus proyectos es poder contribuir desde la pintura y el documental a la memoria histórica de nuestro conflicto, que por cierto, hoy se encuentra en una de las etapas más importantes. Pero también, es poder mostrarles a las personas a través de estas figuras, expuestas en lugares al aire libre, el rastro de lo que aquí sucedió, ya que según él solo de esta manera se podrá dejar un legado de lo que aquí se vivió durante estos años, la guerra. Es por esto, que uno de sus próximos proyectos será sumarle a sus exposiciones audios con las voces de los protagonistas de sus pinturas, para que de esta manera conozcan desde sus voces lo que les aconteció en medio de una guerra que solo los fortaleció.
